
Publicado: 05/09/2016
Los médicos ginecólogos de Gijón están al tanto de todos los avances que se llevan a cabo en su profesión. Sin embargo, hoy vamos a remontarnos a los orígenes de esta. Y es que conocer el pasado es una buena manera de afrontar el futuro.
Acompáñanos en este repaso por la historia de la ginecología y ya tendrás otro tema del que hablar en tus próximas visitas a los médicos ginecólogos de Gijón.
En primer lugar, quizás te sorprenda saber que, durante la Prehistoria, la mujer se alejaba para parir en solitario. Los primeros conocimientos relacionados con la ginecología y obstetricia están datados en el Antiguo Egipto. En los papiros de Lahun se recogen métodos bien explicitados acerca del embarazo y parto. Las comadronas se encargaban del parto, pero debían llamar a los médicos si surgían problemas inesperados. Por su parte, eran conocidas como ginecólogas las mujeres que se habían especializado en tratar las enfermedades propias de su género. Por otra parte, en papiros del siglo XIV a. C. se han recopilado ejemplos de anticonceptivos naturales.
Ya en la Era Cristiana, destacan las aportaciones de Sorano de Efeso y Pablo de Egia. Los hebreos fueron los primeros en introducir el espéculo para examinar la vagina, pero también hemos de destacar que los antiguos griegos lo utilizaron. También hay documentación de los primeros años de la Era Cristiana que muestran que la mujer encaraba el parto sentada.
La Edad Media supuso un estancamiento en los avances médicos que también afectó a la ginecología. Por lo tanto, no sería hasta el siglo XVI cuando las comadronas y los cirujanos franceses propician un renacimiento de la obstetricia mediante el invento de aparatos que facilitaban la extracción de los bebés.
Mucho más se ha mejorado durante el último siglo. Tecnología de lo más sofisticado para hacer los partos más placenteros, como puedes comprobar en Iglesias Sanz, B.